AMANTES AZULES
Nací con la tristeza arraigada
en un corazón marchito.
Suelo escuchar sus pasos
sobre mis débiles latidos
cantando un Réquiem
de lágrimas y sueños vacíos.
Su melancólica voz azul
niebla mi vista cansada
que mira con desesperanza
las calles llenas de charcos,
baldosas rotas y esqueletos moribundos.
La vida me agota y entretiene,
me mantiene erguida mediante cadenas.
A veces creo que soy una marioneta.
Sin corazón.
Sin alma.
Un abandonado violín roto.
Es tal desesperación
…tal impotencia la que me corroe
que mi cuerpo grita de soledad.
Y se desgarra luchando
en un abrumador silencio
de mariposas negras.
Norte o sur, no importa.
El Mundo no cambia,
pero sí olvida.
Aquellas personas que murieron
entre los cartones
no tenían nombre.
Nadie les llora, nadie los recuerda,
pero vivieron
y NADIE los recuerda.
Desaparecieron entre los charcos.
Nosotros también los haremos,
quizás cuando los Titanes se hayan fundido,
cuando el cielo esté llorando,
y las golondrinas abandonen el nido.
Pero lo haremos.
Por eso me cuesta caminar,
mis trémulos párpados tienen miedo.
Y yo también.
La tristeza con su inseguro porte
enferma mis ilusiones,
las quema con su fuego azul
y esparce sus cenizas.
Aún así jamás podría abandonarla,
porque la quiero, la necesito.
Y ella a mí.
Compartimos un corazón, un alma, un cuerpo.
Una voz.
Ella soy yo y yo soy ella.
Azul, una cadencia imperfecta.
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Y tras tanto tiempo desaparecida, he vuelto queridos. Siento mucho esta ausencia tan prolongada, necesitaba descansar y reflexionar un poco sobre qué quiero hacer realmente. Siendo sincera, la verdad es que no tengo ni idea de lo qué planeo, ¿pero realmente alguien lo sabe? Supongo que dejaré que las cosas sigan y que sea lo que sea cuando sea.
Otras de las causas por las que no he escrito es por mi falta de inspiración, escribo en una pequeña libreta, pero no se asemeja nada a lo que estaba acostumbrada a hacer, así que no estaba muy contenta con el resultado. Finalmente lo he interpretado como que he cambiado por lo que me he conseguido aceptar.
De verdad que siento este parón. A partir de ahora intentaré seguir un cierto ritmo, pero no prometo nada.
Saludos, Noir