El gato


Pequeña bestia salvaje, negruzca,
déjame observarte con cuidado,
sin escrúpulos.

Déjame caer en tus pisadas livianas
en tus techos, en tus batallas moribundas.
Déjame perseguirte por cielos inversos
donde tus patas, tus garras ocultas
den paso a fisuras en el musgo;
en el asfalto de lilas, dulzura.
Criatura imposible, me encantas.
Tu giro a la izquierda, medido.
Y ese pestañeo entre ausencia y distancia,
como una cuerda en tensión, un fa sostenido.
Tus ritmos, tus bajos, tus cadencias.
Y aún más tus ojos destartalados,
-¿me miras?-
Es esa incomprensión que te acompaña.
El malditismo, la sarna.
Lo amo, lo amo, lo amo, lo amo.
A ella y a tu luna en la espalda.

Alma del Montparnasse,
mis letras son tus esclavas.

Smells Like Teen Spirit


"¡Camarada, mendiga, niña monstruo!"-Arthur Rimbaud

Para C.

Rompamos la realidad; desdibujémosla.
Por la 66, a toda velocidad.
Con un dedo bien alzado.
Recorramos sus curvas, sus pliegues,
sus rugosas cicatrices por el oeste.
Su jazz, sus beats, sus cigarrillos Camel.
Como un bisturí encolerizado,
diseccionemos ese cuerpo de fulana,
ese "mete y saca".
Fuera, dentro.
Fuera, dentro.
Fuera, dentro.
Fuera, dentro.
Y que Kerouac, Ginsberg, Miller, Carver
-que el mismísimo Hank-
se rían de nosotras en sus tumbas.
¡Bang! 9mm Luger, nena.
En los cafés, en las aceras, en las librerías,
bebamos de este presente truncado,
de este futuro previamente tullido.
Porque ya no nos queda salida,
nos han tirado a las vías del tren
y de los raíles hemos hecho nuestro imperio.