Thanks to everyone who has been reading this blog since the beggining. I hope you have enjoyed the stories so please keep on reading them. I love writing and I think is wonderful to can share this with you. I would be glad reading your opinions.
Muchas gracias a todo el mundo que lee este blog, creo que es importante agradecerlo de vez en cuando porque si no fuese por vosotros mis ganas de seguir escribiendo se irían. Espero que os hayan gustado las historias y sigais leyéndolas. En verano espero poder escribir bastante más y mejorarlas ya que los exámenes me quitan mucho tiempo y sólo puedo escribir en pequeños huecos de mi tiempo libre. De verdad, muchísimas gracias y si quereis comentar no lo dudeis. Siempre es bueno escuchar opiniones.
        
                                                                                                                         Marina.
Er liebt mich, er liebt mich nicht, er liebt mich, er liebt mich nicht...the game has started.

Ain't no Sunshine when you're gone

Because you know, when you are gone I feel alone. My heart is broken but you can go away, I don't mind. I have ever known that you have never feel the same as I. I should think of you like a dream because is the truth, you have been always a dream. Just a dream. I won't never reach you.
+Can I ask you just one more question?
-Yes, of course.
+What do you think about me?
-I think you are beautiful

Y allí quedó

En aquel parque en el que vivimos nuestra infancia,
ya sólo quedan viejos árboles y recuerdos.
En aquel parque en el que conocimos la amistad,
ya sólo perduran nuestros nombres grabados,
ahora sí, para siempre en la madera.
Si alguna vez existió un segundo hogar,
no cabe duda que se encuentra allí.
Enterrado entre problemas y felicidades,
oculto entre nuevos acontecimientos
perviven los columpios ya vacíos
de los sueños de los niños de antaño.

El caballito ya no chirría.
La fuente ya no está estropeada.
Los árboles ya no juegan al escondite.
Los setos ya no preparan cocinitas.
Los niños ya no son niños.

 En aquel parque en el que vivimos nuestra infancia,
ya sólo quedan viejos árboles y recuerdos.
Hemos crecido y abandonado los juegos de niños,
ya no somos quienes éramos entonces,
nuestros ojos ya no miran lo que veíamos.
Hemos cambiado.
Caminamos hacia un futuro lejano,
caminamos hacia un futuro incierto y,
ni siquiera hemos echado la vista atrás
ya que aquellos tiempos ya han pasado.
No recordamos
No queremos recordar.
Porque en aquel parque rodeado de árboles
se quedó nuestra infancia.

Fin

Se hizo el silencio, las flores se marchitaron y el Shinigami murió.
La Muerte ha muerto, dijeron. ¿Cómo es eso posible? Es imposible matar a quién mata, es imposible oscurecer a la Oscuridad.
Existe una forma, respondió alguien.
¿Cuál?
Enamorándose.
Nací Estrella, morí Luna, renací Sol.

Sara

PARTE 1

 Era el último día de verano. El cielo anaranjado se comenzaba a tornar violeta mientras el sol se sumergía en el mar. Una suaves olas batían contra el acantilado empujadas por las primeras brisas otoñales y yo me bañaba despreocupada como mi despedida al verano. Sara buceaba bajo mis pies intentando hundirme y yo me reía sin parar de sus pobres intentos. Tras media hora de chapoteos y zambullidas decidimos salir del agua. A nuestro alrededor quedaban unas pocas parejas y una familia con sus hijos. Sara los miraba con ternura sin que ellos se llegasen a dar cuenta de que estaban siendo observados. Compramos unos helados en el puesto más cercano y nos sentamos en una pequeña colina desde la cual se podía ver el paradisiaco paisaje. Mientras los tomábamos hablamos de temas sin importancia entre carcajadas y bromas.
 -¿Qué tal llevas Magisterio?
-Bastante bien, me encantan los niños así que quiero acabar lo antes posible la carrera y poder trabajar como profesora. Cuando sea más mayor espero poder tener hijos.
-Los tendrás, mujer. Eso no lo dudes.
 Después de esa charla recogimos nuestras cosas y volvimos a casa en bus. Sara desde pequeña había sido una niña muy alegre y dulce, lo que más le gustaba era sonreír y que los demás estuviesen siempre contentos. Sus pequeños ojos verdes y sus pecas alrededor de la nariz le daban un aspecto de niña pícara y risueña. Con mucho esmero se había dejado crecer su típico pelo rubio corto hasta la cintura, por lo que ahora sonreía feliz con su larga trenza. El autobús paraba antes en mi casa que en la suya así que le di un abrazo y me despedí de ella antes de bajar. Sara me respondió con un beso en la mejilla y una amplia sonrisa.
-Mañana no creo que podamos quedar, tengo que ir al médico. Nos vemos el lunes.
Le respondí con un sí moviendo la cabeza y la saludé desde fuera del bus antes de que este arrancara. Caminé cinco minutos hasta mi casa y después de bañarme y ponerme el pijama, pasé el resto del día viendo la televisión. A las 12 me metí en cama, pero primero le mandé un mensaje a Sara felicitándole el cumpleaños. Nuestra vida no estaba tan mal después de todo...
 Eso creía yo en ese entonces, ¡qué ilusa! Aquel fue el último día que vi a la Sara que yo conocía, sus vivaces ojos desaparecieron con el verano. Se sumergieron como el sol en el mar y no volvieron a salir nunca más a la superficie. La llamé durante toda la semana, nadie me cogió al teléfono. Me acerqué varios días hasta su casa esperando a que saliese de su piso, pero no vi ni por un momento una cabellera rubia asomar por la puerta. Sara no dio señales de vida hasta finales de aquel mes.
Quedamos un martes en el que el cielo intentaba recobrar su aspecto anterior. Unos tímidos rayos asomaban de entren las nubes haciendo que aquella tarde se pareciese a la última que habíamos compartido Sara y yo entre risas y bromas. Todo parecía igual, sólo existía una cosa que había cambiado: el tiempo. De detrás de unos altos árboles apareció Sara tras un mes sin saber noticias de ella. Al principio me alegré mucho de volver a verla y pensé que todo volvería a ir bien. La vida no es así. Cuando se acercó pude comprobar los estragos que había causado el problema por el cual se había ausentado, eran más graves de lo que yo creía. Su cara parecía mucho más escuálida, sus sonrojadas mejillas habían desaparecido formando ahora dos grandes hendiduras a los dos lados y sus ojos habían perdido totalmente aquel brillo temerario y vivaz. La ropa que hasta entonces le había quedado perfecta, ahora le caía debido a lo mucho que había adelgazado. Su alma se estaba muriendo.
-Sara, yo...-no supe qué decir en ese momento-¿qué te ha pasado?
Miró hacia el infinito perdida en sus propios pensamientos y después fijó su mirada en mí.
-¿Te acuerdas cuando te dije que quería tener hijos, ser profesora y cuidar de los niños?-esbozó una sonrisa cansada- Qué feliz era en aquel entonces, ojalá pudiese volver atrás.
-Pero, ¿por qué? Seguro que lo conseguirás, yo estaré aquí para apoyarte siempre, no lo dudes. Sé que te pasa algo, pero si de verdad necesitas ayuda te escucharé y ya verás como conseguimos arreglarlo-le dije con voz esperanzadora.
-Qué inocente sigues siendo, Chris. Gracias, pero ya es demasiado tarde no puedes hacer nada por mí-cerró los ojos
-¿Por qué?-pregunté
Dos lágrimas cayeron de sus ojos mientras pronunciaba aquellas palabras:
-Tengo cáncer


Desapareciste un día cualquiera llévandote todas las palabras y  dejando atrás una hoja en blanco en la cual todavía no sé qué escribir.

La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.