Die Nacht

La lluvia caía en la ciudad con furia, cubriendo el cielo de espesas nubes grises. Las gotas resbalaban por su rostro, pero a ella no le importaba. Caminó despacio entre las calles, mojándose, dejando que su ropa se empapase hasta que no quedara rastro de sequedad y levantó lentamente su cabeza hacia el cielo. Era de noche y la luna brillaba a través un pequeño claro que se había formado entre dos nubarrones. Se quedó mirando fijamente el banco, en silencio, y comenzó a llorar. ¿Por qué, por qué, por qué..?
-¿Por qué lloras?
La joven no dudó en girar la cabeza y contestar a aquella voz tan conocida.
-Por ti
-¿Por mí?
-Por nosotros, por lo que siempre estuvo, pero nunca existió. Por la palabras que fueron pensadas, pero nunca dichas. Por los sentimientos que siempre estuvieron encerrados y nunca tuvieron ni una sola oportunidad para salir. Por todo... porque esto no es un encuentro cualquiera. Porque esto es un adiós; ya me he cansado de jugar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario