He caminado entre los cuerdos,
he soñado entre los etéreos.
Pero aquel hombre hablaba solo
y dijo:<<-te quiero>>
En mi tierra lo llamarían demente,
en mi casa vencido,
en los mares prisionero del Destino.
Aún así, yo lo llamaría señor
porque sus palabras sólo querían llegar al cielo
y ser arrastradas por el viento.

Diga te quiero, señor.

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