Atrapado entre seis cuerdas

 En un apartamento a las afueras de Londres, un joven estaba tirado en una amplia y vieja cama dando una última calada a su cigarrillo. La habitación estaba impregnada por el olor a Dark Hole, una marca poco conocida y comercializada en el país debido al sabor dulce que producía a muchos clientes. Abrió el paquete, sacó un nuevo cigarrillo y lo prendió con un mechero metálico y oxidado. Sus dedos eran largos y delgados y en el anular de la mano izquierda  llevaba un anillo que se lo cubría completamente dejando al descubierto sólo las uñas. Cuando cayeron por fin las últimas cenizas y la luz del pitillo se apagó el guitarrista abrió los ojos. En medio de aquella inmensa oscuridad intentó buscar algún objeto reconocible sin éxito. Palpó la cama tratando de identificar  el lugar dónde se encontraba y fue entonces cuando se dio cuenta de que se hallaba en su propia habitación. Ayer se había vuelto a acostar con una fan suya, él únicamente jugaba con ellas. Le interesaba el sexo y nada más, una vez que lo hubiesen complacido no eran útiles. La de anoche había sido muy fácil, había caído como una mosca conforme le había hecho unas pocas insinuaciones. En la cama le había resultado aburrida ya que era su primera, demasiado sencillo..
Mañana debía coger un avión a París otra vez, tenían un concierto muy importante en un garito cercano al centro. Se levantó lentamente y apoyó los pies con cuidado en el suelo sosteniéndose con las manos en el mueble más cercano. Las drogas y el tabaco le estaban pasando factura, últimamente el pulso le temblaba y la vista se le nublaba. La adicción en los pasados meses había ido en aumento y ya no podía dejarlo. Cuando Roxan le había dejado por no poder abandonarlas, comenzó a frecuentar los pubs que abrían hasta la madrugada emborrachándose con litros y litros de Vodka. Mientras cogía su guitarra, se acababa de poner su camiseta gris y desgarrada y su collar de pinchos metálicos encendió un nuevo cigarrillo. De camino al aeropuerto, a través de las ventanas del taxi observó como caía la lluvia y pensó en Roxan y en sus ojos azules. Realmente nunca había conseguido olvidarla y por muchas chicas con las que se acostara ninguna era Roxan.  Un guitarrista es un ser nómada, un alma errante, por muchos lazos que lo aten a una persona es imposible que permanezca con ella eternamente; tarde o temprano se romperán. Vive por y para la guitarra, su única amante.

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