Estoy lista si tú lo estás

-¡Atrapen a ese joven vivo o muerto!-ordenó el guardia-No me importa cómo ni con qué, pero tráiganlo ya. ¿Me han oído?
-A la orden, sir.
Los chicos galopaban todo lo rápido que podían, los guardias del rey pronto los cogerían. El camino era complicado y sombrío, y las piedras dificultaban el paso de caballo haciendo que el corcel cada vez estuviese más cansado. Los cabellos de la joven se movían con el viento de un lado a otro  haciendo que pareciesen una maraña de rayos de sol al atardecer. Iba agarrada fuertemente a la espalda del chico y él le hablaba suavemente para que se calmase. Los dos era realmente jóvenes, la chica tenía unos 17 años apróximadamente y él 19.
Tras cruzar el tramo final del bosque llegaron a un pequeño lago rodeado de frondosos árboles y desgastadas rocas. El cielo anaranjado comenzaba a tornarse azul oscuro y el sol dejaba paso a una luna que se asomaba tímidamente por el firmamento. Pararon a descansar en la orilla de aquel minúsculo oasis y se sentaron en uno de los pedruscos mientras observaban cómo el caballo bebía. La luz le daba pequeños toques rojizos al cabello rubio del joven y hacía que sus ojos resplandeciesen como dos monedas de oro antiguo. El de ella brillaba como una llama de fuego incandescente y mirarla era contemplar un diminuto pedazo de mar.
-Lo siento-dijo la chica
-¿Por qué, Claire? ¿Acaso no eres feliz ahora?-preguntó el joven
-¡Claro que lo soy, Gilbert! Pero...¿y si nos atrapan? No puedo vivir pensando que te harán daño y que todo haya sido mi culpa-exclamó Claire
-¿Tú culpa? ¡¿Tú culpa has dicho?! Que yo sepa nadie me ha obligado a sacarte de ese castillo y que no escapemos juntos-contestó frustrado
-Lo sé, pero yo aún así te quiero demasiado. No puedo arriesgarme a perderte, lo mejor es que vuelva a los territorios de mi padre. Así al menos a ti no harán nada-sollozó
-Claire, mírame-sujetó su barbilla con ternura y la miró a los ojos-¿Crees que te dejaré ir después de todo lo que hemos pasado? A partir de ahora tú y yo ya no somos hijos de quienes éramos, ya no somos nobles. Podemos vivir una vida tranquila sin guerras ni traiciones, sin matrimonios concertados, ¡sin nada! Podemos ser nosotros y lo más importante, podemos estar juntos. ¿Estás preparada para pasar toda una vida a mi lado llena de aventuras y diversión?-sonrió
-No sé cómo lo consigues, pero siempre me acabas convenciendo-dijo riéndose- Estoy lista si tú lo estás, aún así debes saber que no voy a ir detrás de ti cada vez que te metas en un problema y no esperes que te hable siempre con una sonrisa en la cara-sentenció
-Realmente me tienes atrapado, ¿sabes que cuando intentas hacerte la complicada te pones roja? No hace falta que lo hagas, aunque digas que no me sonreirás siempre, lo harás. Estoy tan seguro de ello como de que me llamo Gilbert Black-aseguró
-Eres tonto de verdad y mira que yo pensaba que sólo te lo hacías-contestó entre carcajadas-Venga vamos, dentro de nada se hará de noche y como no apuremos los caballeros de mi padre pronto nos cogerán.
-Vale, pero antes quiero hacer una cosa. Mientras cabalgo es demasiado complicada.
-¿Y qué quieres...?
Claire no pudo llegar a terminar la frase, los labios de Gilbert ya estaban rozando los suyos

No hay comentarios:

Publicar un comentario